Hijos de hierro : Novios de Aventura

En medio de la noche, descalzo y sudoroso, Buda Sakyamuni sale de su templo excavado en la roca en el desolado centro de Kusinagar. Es 12 de septiembre y esa es la ciudad por la que eligio morir. Pocos habitantes y pocos edificios, un templo humedo y casi inutilizable donde estar solo contigo mismo y luego, finalmente y de repente, sin nadie.
Lentamente, caminando con dificultad, camina por el camino oscuro -tierra desnuda llena de piedras y restos del bosque, hojas secas, trozos de mango triturados- hacia el santuario donde sabe que encontrara a su prima Ananda. Llovio, hay olor a lodo y campo desnudo, a cosas sollozadas por la tierra. Pisa un charco y baja la cabeza para mirarse, pero solo encuentra una oscuridad impersonal.
Llama a la gran puerta de madera.
Ananda abre.
" Tuviste un mal sueno?"
"Necesito hacerte una pregunta. Ahora".
"Estoy escuchando."
Buda tiene manos frias y temblorosas. Toma aire, se recoge todo en si mismo como un nino que se llena los bolsillos de guijarros.
" Quieres que siga con vida?"